Las zariguellas

Desde el mes de septiembre al mes de marzo es común encontrar zarigüeyas huérfanas (en Argentina también se las conoce como comadrejas), son la especie de marsupial más grande de Sudamérica, pero no la única. Todos los años Matías se encargan de llevar adelante un proceso de rehabilitación y posterior liberación de zarigüeyas overas albiventris, durante el verano 2021/2022 le tocó rehabilitar 10 crías, de 6 camadas diferentes.

Las zarigüeyas overas son marsupiales al igual que los canguros, y llevan a sus hijos en una dependencia de piel que tienen en el vientre llamada marsupio. Las crías nacen luego de una gestación muy corta de aproximadamente 14 días, tienen el tamaño de un poroto y trepan hacia adentro del marsupio por si solas, en este quedan prendidas del pezón durante aproximadamente dos meses. Cuando ya no caben en el marsupio trepan al lomo de su mamá, con la que permanecen hasta los 5 o 6 meses de vida. Esta es la etapa más vulnerable, tanto para la madre como para las crías, ya que el peso extra hace que la mama camine más lento y sea menos ágil para trepar a los árboles.

Mati nos cuenta:

“Las zarigüeyas llegaron con un mes de vida, pesando alrededor de 30 gr. aún agarradas a su madre muerta en una caja de cartón. Lo primero que se debe hacer es una terapia de calor, todos los neonatos son susceptibles a las bajas temperaturas. Después de estabilizarlas e hidratarlas, se procede a seguir una dieta específica a base de pollo y vegetales variados, para ir pasando a una dieta menos procesada y más natural (pollo en trozos grandes, insectos de criadero y vegetales y frutos silvestres). Muchas veces sucede que en cautiverio se las alimente a base de frutas esto les ocasiona obesidad y también problemas motrices por deficiencia de calcio, terminando en EMO. Es errónea la creencia de que son principalmente herbívoras, ya que en realidad son oportunistas y carnívoras; Matías es Médico Veterinario y se especializa en animales de compañía no convencionales y en fauna silvestre.

Las zarigüeyas son grandes controladoras de plagas, dentro de sus presas se encuentran los insectos que consideramos dañinos como los alacranes, cucarachas y garrapatas. También se alimentan de aves, roedores y serpientes venenosas como las yararás y las corales.

“No es sencillo rehabilitar, es muy importante que no se impronten, y que desarrollen instintos de caza que les permitan sobrevivir en la naturaleza, pudiendo escapar de los peligros. Hay que crear un ambiente de rehabilitación acorde y aislado de las personas, evitar que nos vean pero a la vez controlar que este todo bien y que no les falte nada”

Matías tuvo que armar un jaulón amplio y seguro con suficientes escondites. Actualmente la camada de 15 comadrejas sigue en rehabilitación hasta que alcance su peso de liberación. No hubo bajas en la crianza en cautiverio, y asesora a otras personas sobre la correcta rehabilitación de esta especie tan importante.

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